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Cosas grandes suceden cuando Dios se mezcla con nosotros

«Grandes cosas suceden cuando Dios se mezcla con nosotros» – este estribillo de un canto expresa maravillosamente lo que es la fiesta de hoy, la Inmaculada Concepción de María.

Dios se mezcla con nosotros, con nosotros como personas humanas, con nosotros como humanidad. María, nuestro modelo, desempeña un papel importante en esto. Ella es una piedra angular importante en la historia de la redención. Desde el principio, fue bendecida para formar parte de la Danza Divina. Dios abre su círculo para incluir a la humanidad como colaboradores en su proyecto salvífico. María fue bendecida por el Misterio Divino desde el principio de su existencia. Sin su «Sí» y su colaboración, la historia se habría desarrollado de otra manera.

Este día, el 08 de diciembre, es también el día en que celebramos la fundación de nuestra Congregación. Es el día en que nos iniciamos oficialmente como Hermanas Misioneras, Siervas del Espíritu Santo en 1889. Este pequeño grupo de mujeres que se trasladó en la víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María del 1889 en procesión desde el convento de los «Tres Tilos» al convento de los Capuchinos fue igualmente bendecido y se embarcó en un viaje que no conocían. Habían escuchado en sus corazones la invitación a formar parte de un proyecto misionero visionario: llevar el amor de Dios a todos los pueblos, especialmente a los que aún no han oído hablar de esta Buena Noticia, sobre todo a los excluidos y a los marginados de nuestras sociedades. Esta llamada trascendió su imaginación y superó su limitada visión del mundo y su horizonte local.

En aquel momento, no podían prever cómo esta pequeña semilla se desarrollaría y se haría «global». Sin embargo, todo empezó allí, en Steyl, en este pequeño pueblo situado en la frontera entre Holanda y Alemania. La gracia de Dios tocó los corazones de estas mujeres, los ensanchó y las invitó a participar en la Danza Divina de llevar la liberación y la salvación a diferentes naciones y culturas alrededor del mundo… para que también otros pudieran ser bendecidos y entrar en el ritmo dinámico de la melodía y el movimiento de Dios.

Hoy somos una Congregación intercultural presente en 48 países. Esto forma parte de nuestro ADN. Somos una organización y una red global. Somos una Congregación donde Hermanas de todos los orígenes y culturas trabajan juntas, tejiendo una red de solidaridad entre ellas y con la gente con la que viven y sirven. Estamos en lugares desafiantes, como Ucrania donde la espantosa guerra impacta en la vida de todos en ese hermoso país, como Mozambique donde recientemente la Hna. María de Coppi, una Hermana Comboniana, ha sido asesinada por fundamentalistas islámicos, como Papúa Nueva Guinea donde, después de las elecciones nacionales, las milicias de los diferentes partidos y tribus están matando a «sus enemigos» e incendiando aldeas, escuelas, hospitales.

Tenemos la bendición de contar con mujeres valientes y comprometidas que se atreven a mezclarse en situaciones «desafiantes» porque están inspiradas por Aquel que se mezcla con nosotros.

Que todos tengan una bendecida fiesta y recuerden cómo nuestro Dios se mezcla con ustedes y con su vida y cómo Él/ella los invita a seguir mezclándose con las vidas de los demás.

Tu Hna. Miriam Altenhofen, SSpS